miércoles, 7 de noviembre de 2012



Eutanasia, encarnización terapéutica  enfermo terminal y muerte
"Dios nunca nos da una cruz más pesada de la que podemos cargar"


Dentro de nuestra condición humana, se encuentra una constante biológica que es la muerte. Este suceso que tarde o temprano llegara a nuestra puerta y estemos listos o no, deberemos afrontar y vivirla bajo ciertos criterios personales y sociales. 

A pesar de que la muerte es una constante en todos los seres vivos, nadie esta preparado para este suceso, y mucho menos logramos conocer con certeza que condiciones estarán al rededor de este, muchos mueren en medio de un sueño, otros en un trágico accidente y muchos otros desafortunadamente deben cargar con el peso de una enfermedad degenerativa por años. En este sentido,  y aun cuando la muerte sea algo que nos agobia, independientemente de las circunstancias como transcurra la vida, considero que el valor ético supremo e inviolable es el de la vida, que además de ser un derecho, independientemente de las condiciones, es una virtud invaluable que debemos cuidar y proteger ante cualquier circunstancia. 

Ante este evento existen varios temas a tratar, uno de estos es el afrontar este proceso, el cual desde la perspectiva médica puede tener entre otras tres miradas principales: La encarnización terapéutica, la atención paliativa y la tan controversial eutanasia. 

La encarnización terapéutica es un termino que hace referencia a una condición del personal de salud, en donde desde mi perspectiva, se tergiversa el fin de la atención del equipo de salud, llegando a tener la concepción de que el mantener a un paciente con vida es un fin totalmente utilitarista, es decir, que el fin justifica los medios, y que se podría llegar al punto de la futilidad, causando mucho mas dolor y sufrimiento, sin resultados realmente efectivos. El reconocer la limitación terapéutica  en el sentido de curación, es básica para no caer en este sinsentido de la encarnización terapéutica, y se encuentra fundamentado por varios de los principales valores  éticos de la ética (no maleficencia, justicia, y autonomía), resaltando además de la  ejecución de acciones realmente útiles, la necesidad de respetar la autonomia del paciente hasta donde el ejercicio ético lo permita, esto  bajo la premisa principal de que " no podemos pretender hacer el bien a alguien sin tener en cuenta su parecer o incluso en contra de él mismo", creo que es esencial el comprender que el mantener la vida no siempre es el mejor tratamiento para un paciente, y que la realización profesional no se encuentra enmarcada en cuantos pacientes se reaniman o permanezcan con vida, sino que la calidad de vida de un paciente, como perspectiva individual. puede ser lograda mediante muchos medios, sin  necesidad de alargar un sufrimiento, cuando el cuerpo ya no posee las capacidades orgánicas de responder por sí mismo. 
Es muy importante que como personal de salud, seamos capaces de reconocer estas limitaciones, y no confundir los deseos propios con los deseos de los pacientes,el comprender las limitaciones de los avances tecnológicos, la naturaleza humana del hombre y el comprender que no somos dioses y que como mortales debemos balancear las cargas y los beneficios de los tratamientos posibles, incluyendo la opción del no tratamiento (que debe estar correctamente guiado), y siempre anteponer los deseos y la autonomía de los pacientes a nuestros deseos personales, pues resalto nuevamente  que el fin de nuestra acción terapéutica parte del  y para el paciente.

Por otro lado, como lo menciona el titulo de esta entrada, otro tema que deseo poner en discusión es la eutanasia: un termino que en sus raíces latinas significa "buena muerte", y muchos la definen como un acto de acción u omisión que contribuye a acabar con la vida de una persona por petición suya o de un tercero, bajo el criterio de minimizar un sufrimiento. Esta clara que esta definición nos podría crear la sensación de que ejercer la eutanasia constituye un acto de misericordia, pero en realidad, considero que este concepto esconde en sí, un objetivo que permite  ver la falta de compromiso de muchos personajes para acompañar a un paciente hasta una muerte natural. 

Reconozco que esta posición puede sonar egoísta e incluso puede parecer incomprensiva ante el dolor de otra persona, puesto que este signo vital es tan subjetivo, que seria irónico el decir que lo comprendo, mas sin embargo estoy totalmente convencida de que la búsqueda de una muerte asistida no es mas que una salida fácil y rápida, uno de los más crueles tipos de abandono. Quien realiza una eutanasia, con la convicción de que ayuda un paciente, desde mi punto de vista, intenta en cierto grado curar su sensación de impotencia, ante una enfermedad que pudo con sus esfuerzos terapéuticos curativos y la eutanasia aparece como "el máximo remedio eficaz" además como lo confirman varios escritos, muchos de estas decisiones son deseos de terceros que lejos de desear un descanso para el paciente, solo quieren erradicar el cansancio físico  económico social  y emocional que supone cuidar un enfermo, por ende rechazo totalmente la idea de que la eutanasia constituye un acto de misericordia y benevolencia. 
Ahora bien, se encuentra en auge la intención de legalizar la eutanasia como un derecho de todos nosotros en nuestra condición humana, pero me pregunto ¿Realmente esta seria una solución efectiva, justa y beneficiosa para todos?, en el trasfondo de una ley como estas se guardan múltiples propósitos  que tristemente en muchos casos obedece a intereses económicos, gracias al capitalismo que nos gobierna hoy en día, tristemente los derechos humanos quedan pisoteados por la ley del que posea más capital, respondiendo a esto, debemos ser conscientes que una persona con una enfermedad terminal demanda gastos al sistema de salud, a su familia y también al gobierno, por tanto, al establecer estas acciones como un derecho, estaríamos animando la creciente oleada de deshumanización del cuidado y la atención y médica, estaríamos irónicamente violando la dignidad de la persona como ser muchísimo mas valioso que miles de pesos, dolares o euros. 
  
En medio de esta controversia, existe una medida que a mi parecer es la que mejor enmarca el trascender en la acción terapéutica y pasar de curar a aliviar: la atención paliativa. Cuando el equipo médico comprende su limitación terapéutica y evita caer en el circulo vicioso de la encarnación terapéutica y la futilidad, entendiendo que el paciente como ser humano, merece una atención que responda a sus necesidades, así el objetivo de curar se transforme y adquiera otro significado, esto abre puertas a una nueva esperanza de atención, permite trascender en la atención y así mismo contribuye a que la percepción de la vida del paciente cambie.
El cuidado paliativo, supone entonces un gran compromiso pero en sí mismo permite magnificar la dignidad del hombre, demostrando su permanencia desde el momento de su concepción y hacia el final de la vida. Esta atención paliativa responde a diferentes objetivos entre los que se encuentran el acompañamiento y preparación hacia la muerte, mejora la calidad de vida, protege múltiples factores que pueden aumentar el sufrimiento físico y emocional, y algo que me parece fundamental es que dentro de sus estrategias brinda un cuidado a la familia, quien es pieza fundamental en el proceso, y de quien también se debe cuidar.

En fin  ¿Que mejor manera de honrar la vida humana, que magnificando su existencia hasta su final natural?, no solo es un deber ético el cuidar la vida, no solo es un parágrafo que se encuentra en diferentes códigos deontológicos, no es una cuestión de moral, nuestro compromiso es proteger la vida, no solo curando, o alargando la vida, sino acompañando a un paciente con paciencia, con amor y conciencia de que nuestra atención comprende todos los estadios de la vida, y aunque cueste reconocerlo, la muerte es uno de ellos.

Quiero terminar este escrito resaltando el articulo 18 del código deontológico de la Enfermería española de 1989, pues me parece que comprende en sí el sentido y la seriedad del cuidado paliativo, y como con su ejecución somos fieles a nuestra ética y compromiso profesional con el mayor don con el que como seres humanos contamos: La vida!

..." La enfermera/o, consciente de la alta calidad profesional de los cuidados paliativos, se esforzará por prestarle hasta el fina l de su vida, con competencia y compasión, los cuidados necesarios para aliviar sus sufrimientos. También proporcionara a la familia la ayuda necesaria para que pueda afrontar la muerte, cuando esta ya no pueda evitarse"



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